
MÓDULO 6 – ACTOS LINGÜÍSTICOS
Los actos lingüísticos son acciones realizadas mediante el uso del lenguaje, que implican una intención comunicativa y generan un impacto en la realidad. Es decir, al hablar, escribir o escuchar, estamos llevando a cabo un acto lingüístico que puede tener consecuencias tanto en nuestro mundo interno como en el mundo externo.
En la ontología del lenguaje, se considera que los actos lingüísticos no solo transmiten información, sino que también generan realidades. Por lo tanto, el lenguaje no solo describe el mundo, sino que también lo crea y lo moldea.
AFIRMACIONES
Las afirmaciones corresponden al tipo de acto lingüístico que normalmente llamamos descripciones. Son proposiciones es una forma de comunicar información objetiva sobre algo sin emitir juicios de valor o interpretaciones subjetivas. Los seres humanos observamos según las distinciones que poseemos, por eso las afirmaciones se hacen siempre dentro de un espacio de distinciones ya establecidas en la comunidad.
El lenguaje se adecúa al mundo. Describimos desde nuestra observación. Es por esto que se puede distinguir entre afirmaciones VERDADERAS O FALSAS. Una afirmación verdadera es una proposición para la cual podemos proporcionar un testigo que puede coincidir con nuestra observación. Una afirmación falsa es una proposición sujeta a confirmación que cualquier testigo pueda refutar.
Las afirmaciones a futuro tienen la cualidad de ser indecisas, ya que hasta que no sucedan no se saben si son verdaderas o falsas.
Cuando afirmamos hablamos de algo ya existente, el mundo de los hechos.
DECLARACIONES
Cuando declaramos no hablamos acerca del mundo, sino que hablamos de nuestro mundo. La palabra genera una realidad diferente. Son las expresiones más claras del poder de la palabra.
Los juicios entran en la categoría de declaraciones, ya que hablamos de nosotros y no describimos algo externo
Una declaración implica una clase diferente de compromiso que las afirmaciones. Cuando declaramos, nos comprometemos a comportarnos en coherencia a la nueva realidad que planteamos.
Las declaraciones son VÁLIDAS o INVÁLIDAS.
Las declaraciones están relacionadas con el poder, porque suponen que el declarante está facultado para declarar y que lo hace conforme a ciertas normas socialmente aceptadas. Esta capacidad puede provenir de la fuerza o de la autoridad.
Las declaraciones no son verdaderas o falsas, a diferencias de las afirmaciones son válidas o no válidas según el poder de las personas que las hace. La eficacia de una declaración está ligada a su validez.
«PARA CONSIDERAR A UNA DECLARACIÓN ONTOLÓGICA DEBE CUMPLIR CON TRES CARACTERÍSTICAS»
- DEBE CAMBIAR NUESTRA REALIDAD
Como ya hemos visto la intención final de una declaración es que cambie nuestra vida, por eso como coaches debemos evaluar que la declaración cambia la realidad de nuestro cliente.
- DEBE COMENZAR CON UN VERBO
Una declaración es un llamado a la acción, por eso mismo debe comenzar con un verbo. No hablamos de un deseo, sino de una acción concreta a realizar en busca de cambiar la realidad de quien la emite.
- DEBO TENER LA AUTORIDAD PARA DECLARAR LO QUE VOY A HACER
Esto marca la base del coaching. Trabajamos con personas que estén en plena capacidad de hacer aquello que dicen que van a hacer. Esto no solo se cierra a la individualidad, sino a no incluir otras personas en nuestras declaraciones.
DECLARACIONES FUNDAMENTALES
SON UN RANGO DE DECLARACIONES QUE NO REQUIEREN DE UNA CONCESIÓN SOCIAL DE AUTORIDAD. TODOS TENEMOS LA AUTORIDAD DE EFECTUARLAS, POR EL SIMPLE HECHO DE SER PERSONAS.
NO
Decir «no» es uno de los actos lingüísticos más poderosos que poseemos. Representa nuestra capacidad de establecer límites y rechazar situaciones, propuestas o acciones que no consideramos adecuadas para nosotros. Esta declaración expresa nuestra autonomía y responsabilidad sobre nuestras decisiones, generando claridad sobre qué aceptamos y qué no en nuestras vidas. Decir «no» implica un posicionamiento claro, que permite definir quiénes somos y qué valores defendemos. En el coaching ontológico, esta declaración es clave para ayudar al cliente a marcar sus propios límites y respetar su esencia sin dejarse llevar por la presión externa o las expectativas de otros.
SI
Aceptar significa abrazar la realidad tal como es, sin resistencias ni intentos de modificarla. No se trata de resignarse o conformarse, sino de reconocer la situación actual con sus luces y sombras. La aceptación abre espacio para actuar desde una mayor conciencia, ya que no estamos en lucha contra lo que no podemos cambiar. Esta declaración permite liberar energía que de otra manera estaría atascada en la resistencia, facilitando la creación de nuevas posibilidades. Desde la perspectiva ontológica, aceptar implica reconocer la historia y el presente, siendo conscientes de que solo desde la aceptación podemos generar un cambio auténtico.
IGNORANCIA
Reconocer que no sabemos algo es una declaración que abre puertas al aprendizaje, la curiosidad y la humildad. Al declararnos ignorantes, dejamos de lado la pretensión de tener todas las respuestas y damos espacio al descubrimiento de nuevas ideas, experiencias y conocimientos. Esta declaración fomenta un estado de apertura y disposición para explorar lo desconocido, siendo fundamental en procesos de aprendizaje y transformación. En el coaching ontológico, la declaración de la ignorancia puede ser utilizada por el cliente para liberarse de cargas innecesarias y dejar espacio para nuevas preguntas y reflexiones.
GRACIAS
La gratitud se declara cuando expresamos un reconocimiento consciente hacia algo o alguien por lo que hemos recibido, experimentado o aprendido. Es un acto que nos conecta con el aprecio y la valoración de nuestras experiencias y relaciones. En el coaching ontológico, la gratitud permite abrir un espacio de conexión más profundo y significativo con nosotros mismos y con los demás, reforzando vínculos de confianza y reciprocidad. La gratitud transforma la percepción de lo que sucede a nuestro alrededor, permitiéndonos ver las oportunidades, aprendizajes y apoyos que nos ofrece la vida, más allá de las dificultades. Al declarar gratitud, nos posicionamos en un lugar de apertura y de reconocimiento de la riqueza presente en nuestras vidas.
PERDÓN
Perdonar es un acto liberador que implica soltar resentimientos, heridas o culpas hacia uno mismo o hacia los demás. La declaración del perdón no significa justificar o olvidar lo sucedido, sino dejar de cargar con el peso que genera el rencor o el dolor. En el contexto del coaching ontológico, el perdón es esencial para facilitar procesos de reconciliación interna y externa. Permite al cliente liberarse de ataduras emocionales que limitan su crecimiento y avanzar hacia una vida más auténtica y plena. El perdón es un acto de valentía y compasión que abre espacio a nuevas posibilidades, rompiendo con patrones de sufrimiento y promoviendo un cambio de observador más generoso y liberador.
AMOR
El amor, como declaración, implica un compromiso profundo hacia otro ser, una causa o una idea. Es mucho más que un sentimiento: es una elección consciente que orienta nuestras acciones hacia el cuidado, el respeto y el bienestar del otro. Desde la perspectiva ontológica, el amor se convierte en una fuente poderosa de creación y transformación. Declamar amor significa estar dispuesto a contribuir al crecimiento y felicidad de alguien o algo, generando un vínculo basado en la entrega, el compromiso y el respeto. En el coaching ontológico, esta declaración puede ser un motor que impulsa al cliente a crear realidades significativas, conectar con su propósito de vida y actuar desde la autenticidad. El amor declarado fomenta relaciones más profundas y permite enfrentar desafíos con mayor resiliencia y apertura.
CÍRCULO DE LAS PROMESAS
El Círculo de las Promesas es un concepto central dentro de la ontología del lenguaje que destaca cómo los compromisos lingüísticos que asumimos al hacer promesas son clave para coordinar acciones, construir relaciones de confianza y crear nuevas realidades. En términos simples, cuando una persona hace una promesa, se está comprometiendo a realizar una acción específica en el futuro para satisfacer una necesidad o expectativa planteada por otra persona. Esta promesa no es un acto aislado, sino que forma parte de un ciclo en el que interactúan diferentes elementos que aseguran su cumplimiento o transformación.
El acto de hacer una promesa comprende cuatro elementos fundamentales:
1)Un orador
2)Un oyente
3)Una acción a llevarse a cabo, con determinadas condiciones de satisfacción 4)El tiempo en el cuál se va a cumplir esa promesa
TIPOS DE PROMESAS
Las promesas no son todas iguales, y pueden clasificarse de diversas maneras según el contexto y el grado de compromiso. Algunas promesas son explícitas y formales, mientras que otras pueden ser implícitas y surgir del contexto social o cultural. Un aspecto clave en el coaching ontológico es trabajar con el cliente para que haga promesas claras, específicas y alcanzables, evitando promesas vagas o inalcanzables que puedan deteriorar la confianza.
Importancia de las Promesas en la Vida Social y Profesional:
Gran parte de nuestra vida social y profesional se sostiene sobre la base de las promesas que hacemos y que cumplimos. Las promesas permiten que las personas se coordinen para lograr metas comunes, trabajar en equipo y mantener la cohesión en grupos y organizaciones. El incumplimiento de una promesa, por el contrario, puede generar desconfianza, resentimientos y deterioro en las relaciones. Por ello, en el coaching, el acto de prometer va mucho más allá de las palabras; implica responsabilidad, integridad y compromiso.
EL CICLO DE LA CONFIANZA
El Círculo de las Promesas está estrechamente vinculado con la generación de confianza. Al cumplir nuestras promesas, demostramos coherencia y fortalecemos nuestra credibilidad. Cuando una promesa no puede cumplirse, es esencial que la persona responsable comunique la situación de manera clara, ofrezca disculpas si corresponde, renegocie el compromiso y mantenga el diálogo abierto. Este proceso ayuda a restaurar y fortalecer la confianza, incluso ante situaciones difíciles.
LA ONTOLOGÍA DEL LENGUAJE Y LAS PROMESAS
Desde la perspectiva de la ontología del lenguaje, las promesas son una forma de generar realidad. Al hacer una promesa, estamos creando un compromiso que antes no existía, configurando nuestra identidad y relaciones en torno a esa declaración. La manera en que cumplimos o no cumplimos nuestras promesas define, en gran medida, cómo somos percibidos y cómo interactuamos con el mundo.
PARA HACER PROMESAS PODEMOS PROCEDER A TRAVÉS DE DOS ACCIONES DIFERENTES: LOS PEDIDOS Y LAS OFERTAS.
PEDIDOS
El pedido en el coaching ontológico es un acto lingüístico que permite expresar nuestras necesidades y deseos de manera clara, estableciendo un puente de comunicación con los demás para coordinar acciones. Al realizar un pedido, definimos las condiciones de satisfacción que determinarán si se cumplió o no. Esto da lugar a un diálogo en el que la otra persona puede aceptar, rechazar o renegociar la solicitud, generando un espacio de interacción basado en la claridad y el compromiso mutuo. Pedir no solo implica expresar lo que queremos, sino también asumir la responsabilidad de hacerlo con claridad y apertura al resultado. Muchos enfrentan barreras para pedir, ya sea por miedo al rechazo o la creencia de que los demás deberían anticiparse a sus necesidades, lo que genera frustración cuando no se cumplen expectativas no expresadas. El coaching ontológico fomenta el aprendizaje de pedir conscientemente, transformando nuestras interacciones y dándonos poder sobre nuestras propias necesidades. Un pedido claro y bien formulado nos ayuda a superar obstáculos internos, generando conexiones auténticas y un entorno de confianza en el que podemos aceptar un «sí», «no» o renegociar.
OFERTAS
Las ofertas en el coaching ontológico son promesas condicionales que buscan satisfacer a la otra parte, siempre dependiendo de su aceptación. Cuando alguien realiza una oferta, aún no se compromete de manera definitiva; solo se convierte en compromiso cuando la otra persona la acepta. Estas propuestas demuestran iniciativa y disposición para crear valor y construir acuerdos.
La importancia de las ofertas radica en que nos posicionan como agentes activos en nuestras relaciones, mostrando interés por las necesidades de los demás. No hacer ofertas puede llevar a un rol pasivo, limitando nuestras posibilidades y oportunidades de crecimiento.