Contenido del curso
Presentación de la cursada
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EVALUACIÓN: SESIÓN FINAL
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Coaching Ontológico Profesional (Formación Intensiva) COP 21
Acerca de las clases

MÓDULO 11 – EXIGENCIA VS. EXCELENCIA

 

La exigencia se refiere a la actitud o expectativa de requerir algo de manera rigurosa, precisa o estricta. Es una demanda o presión que se impone a uno mismo o a los demás para cumplir ciertos estándares o criterios establecidos. La exigencia puede manifestarse en diferentes áreas de la vida, como el trabajo, los estudios, las relaciones personales o el rendimiento deportivo.

Los seres humano tenemos dos funciones básicas. PROGRAMAR (la mente) es quien dice dónde ir y cómo ir y la de REALIZAR (el cuerpo) es quien hacer esa acciones.
A partir de aquí hablaremos del «programador» y el «realizador».
La exigencia es una ignorancia que él Programador tiene de comunicarse con el Realizador para que este último cumpla las acciones que el primero considera importantes. Esta ignorancia consiste en que no ve al realizador como una entidad con cierto grado de autonomía que pueda tomar sus propias decisiónes o pero aún que pueda tomar las desiciones supuestamente correctas. Cree que es una máquina.
No le pregunta ¿Cómo está? porque considera que si le llega a consultar al realizador nunca se va a hacer nada.

 

LA EXIGENCIA PUEDE LLEVAR AL ESTRES 

 

El concepto de exigencia está estrechamente relacionado con el estrés debido a la presión y demanda que implica. Cuando nos imponemos una exigencia elevada, ya sea en el ámbito laboral, académico o personal, y sentimos la necesidad de cumplir con altos estándares o expectativas, es común que experimentemos estrés.
La exigencia excesiva puede generar una carga adicional de responsabilidad y la sensación de tener que cumplir con múltiples demandas en un tiempo limitado. Esto puede generar estrés crónico, que se caracteriza por una tensión constante y prolongada, tanto a nivel físico como emocional.

 

QUERER NO ES PODER.
QUERER
 ES LA ENERGIA QUE SE NECESITA PARA REALIZAR LAS ACCIONES

 

La excelencia es un concepto clave en el desarrollo personal y el logro de resultados extraordinarios. No se trata solo de ser el mejor o superar a los demás, sino de alcanzar nuestro máximo potencial y vivir de acuerdo con nuestros valores y propósito.
En el coaching, la excelencia implica buscar constantemente mejorar en todas las áreas de nuestra vida. Es desafiarnos a nosotros mismos, superar nuestros límites y creencias limitantes para expandir nuestras habilidades y capacidades.
La excelencia no solo se refiere a los logros externos, sino también a cómo nos sentimos internamente. Se trata de tener una mentalidad de excelencia, dar lo mejor de nosotros en cada situación, aprender de nuestros errores y superar los obstáculos que se nos presenten.
Es importante cuestionar nuestras ideas preconcebidas sobre la excelencia y definir nuestra propia medida de éxito. No se trata de compararnos con los demás, sino de alinear nuestras acciones con nuestros valores y principios.
La excelencia se basa en la autenticidad y la integridad. Consiste en vivir de acuerdo con quienes somos realmente, y no tratar de cumplir expectativas externas. Nos invita a ser conscientes de nuestras fortalezas y áreas de mejora, y a comprometernos con nuestro propio crecimiento y desarrollo.

 

DIFERENCIA ENTRE EXCELENCIA Y EXIGENCIA 

La diferencia entre la exigencia y la excelencia radica en la intención y actitud con las que nos relacionamos con nuestras metas. La exigencia surge desde la presión por alcanzar la perfección, generando estrés, autoexigencia desmedida y miedo al fracaso. Se enfoca en cumplir expectativas rígidas, lo que puede llevar a agotamiento y frustración. Por su parte, la excelencia busca la mejora continua desde la motivación y el aprendizaje, aceptando los errores como parte del proceso. Es flexible y centrada en el disfrute del camino, promoviendo un desarrollo equilibrado y un compromiso con hacer las cosas lo mejor posible.

 

CAMINO A LA EXCELENCIA 

Cuando el realizador actúa en circunstancias propicias tiende a la misma excelencia que se le impone. La mejor manera llegar a ese punto es consultar al realizador, involucrarlo en la decision mediante preguntas.

¿A vos qué te parece?
¿Estás en condiciones de hacerlo?
¿Tenés ganas de hacerlo?

 

FRACASO

Debemos dejar de ver el fracaso como una condición negativa en sí misma, sino como una oportunidad para el aprendizaje y el crecimiento personal y profesional.

En lugar de percibir el fracaso como algo que hay que evitar a toda costa, podemos verlo como una oportunidad para aprender de nuestras experiencias y mejorar.
En lugar de castigarnos a nosotros mismos por haber fallado, podemos ofrecernos la misma comprensión y apoyo que daríamos a un amigo en una situación similar.
Esto nos ayuda a mantener una actitud positiva y a seguir adelante con más confianza y resiliencia.

 

1)Identifica el Fracaso: Describe objetivamente la situación, tus expectativas y el resultado obtenido.

 

2)Reconoce las Emociones: Observa las emociones que surgen al pensar en esta experiencia (frustración, tristeza, miedo, etc.).

 

3)Indaga en tu Interpretación: Pregúntate: ¿Qué historia te estás contando sobre este fracaso?; ¿Qué creencias o juicios emergen?

 

4)Reencuadre Positivo: Encuentra al menos tres aprendizajes de la situación. Pregunta: ¿Qué haría diferente la próxima vez?; ¿Qué habilidades o resiliencia gané?

 

5)Proyección al Futuro: Visualiza cómo aplicarás esos aprendizajes en futuras situaciones. Haz una declaración de compromiso sobre cómo actuarás.

 

6)Practica la Auto compasión: Trátate con amabilidad, como lo harías con un amigo. Reconoce que todos fallamos y es parte del aprendizaje.

 

7)Define un Paso de Acción: Identifica un pequeño paso para aplicar tu aprendizaje, mostrando que te levantas con propósito.

Archivos de ejercicios
Módulo 11 – Autoexigencia o Excelencia.pdf
Tamaño: 1,28 MB
Material adicional (Módulo 11) Otro punto del vista del Fracaso.pdf
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