Contenido del curso
Presentación de la cursada
0/1
EVALUACIÓN: SESIÓN FINAL
0/1
Coaching Ontológico Profesional (Formación Intensiva) COP 22
Acerca de las clases

MÓDULO 31 – INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

La inteligencia emocional, según Daniel Goleman, es la capacidad de reconocer, comprender y manejar nuestras propias emociones, así como de percibir y relacionarse adecuadamente con las emociones de los demás. A diferencia del coeficiente intelectual (CI), que se centra en las habilidades cognitivas, la inteligencia emocional abarca habilidades emocionales y sociales que son fundamentales para una vida equilibrada y exitosa. Goleman argumenta que estas habilidades son decisivas para el éxito en las relaciones personales y profesionales, y su ausencia puede llevar a problemas significativos en diversos ámbitos de la vida.
En un contexto ontológico, la inteligencia emocional se convierte en una herramienta poderosa para comprender y transformar los juicios y creencias que afectan el comportamiento de los individuos. Esta perspectiva permite al coach guiar a los clientes en el proceso de autodescubrimiento y en la gestión efectiva de sus emociones para alcanzar una mayor coherencia y autenticidad en sus acciones. Goleman sugiere que la práctica de la inteligencia emocional implica un aprendizaje continuo y un ajuste en la forma en que se manejan las emociones en tiempo real. En este sentido, el coaching ontológico va más allá de la simple gestión emocional, invitando a los clientes a cuestionar las interpretaciones que sustentan sus respuestas emocionales.

 

COMPONENTES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Goleman desglosa la inteligencia emocional en cinco componentes fundamentales:

 

1. AUTOCONCIENCIA

 

Es la capacidad de reconocer nuestras propias emociones y cómo estas afectan nuestros pensamientos y comportamientos. En coaching, la autoconciencia es esencial, ya que permite al cliente identificar patrones de reacción y creencias subyacentes que pueden estar limitando su crecimiento. Reconocer las emociones propias y su origen es el primer paso para gestionar de manera efectiva las respuestas emocionales.

 

2. AUTOREGULACIÓN

 

Se refiere a la habilidad para manejar las emociones de forma adecuada y productiva. La autoregulación implica el control de los impulsos y la capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes sin perder la calma. En el coaching ontológico, la autoregulación ayuda a los clientes a evitar respuestas automáticas que podrían obstaculizar sus objetivos y a responder de manera consciente y alineada con sus valores.

 

3. MOTIVACIÓN

 

Es el impulso interno que nos lleva a alcanzar metas. La motivación no solo depende de incentivos externos, sino que está relacionada con el deseo de crecer y mejorar. En el proceso de coaching, un coach ayuda al cliente a identificar sus motivaciones intrínsecas, apoyándolo en la alineación de estas con sus objetivos de vida, lo que facilita un compromiso más profundo y sostenido.

 

4. EMPATÍA

 

La empatía es la capacidad de entender y compartir los sentimientos de los demás. Esta habilidad es esencial en el coaching ontológico, ya que permite al coach conectar genuinamente con el cliente y comprender su perspectiva. La empatía no solo favorece la relación coach-cliente, sino que también permite al cliente desarrollar una visión más amplia y compasiva hacia los demás, lo que contribuye a mejorar sus relaciones interpersonales.

 

5. HABILIDADES SOCIALES

 

Son las capacidades que nos permiten interactuar efectivamente con los demás. Estas incluyen la comunicación, el liderazgo, la negociación y la capacidad de trabajar en equipo. En coaching, desarrollar habilidades sociales en el cliente es crucial para facilitar su éxito en contextos personales y profesionales, permitiéndole establecer relaciones más saludables y colaborativas.

 


LA IMPORTANCIA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL COACHING ONTOLÓGICO

 

  1. CREAR UN ESPACIO DE CONFIANZA
    El primer paso en cualquier proceso de coaching es construir un espacio de confianza, donde el cliente se sienta seguro para abrirse y explorar sus emociones, pensamientos y experiencias sin temor a ser juzgado.

 

La regulación emocional del coach juega un papel crucial en este proceso. Al manejar sus propias emociones con equilibrio y empatía, el coach crea una atmósfera de calma y respeto. Esto ayuda al cliente a bajar sus defensas, soltar resistencias y conectarse genuinamente con lo que siente y piensa.

Presencia auténtica: El coach, al demostrar una escucha activa y empática, valida la experiencia del cliente, fomentando un ambiente de contención. La inteligencia emocional del coach le permite leer entre líneas, interpretar el lenguaje emocional del cliente y responder de manera consciente y alineada.

 

  1. FACILITAR EL APRENDIZAJE Y LA TRANSFORMACIÓN
    La inteligencia emocionalactúa como un catalizador en el proceso de aprendizaje y cambio.

 

Conciencia emocional: A través del coaching, el cliente desarrolla autoconciencia, identificando sus emociones y reconociendo cómo influyen en su comportamiento, sus juicios y sus acciones. Esta toma de conciencia es el primer paso hacia el cambio.

Exploración de creencias limitantes: El coach acompaña al cliente en la detección de creencias y patrones emocionales que actúan como barreras. La inteligencia emocional permite trabajar estas creencias desde la empatía y el cuestionamiento reflexivo, abriendo posibilidades de resignificación.

Herramientas para la gestión emocional: Una vez reconocidas las emociones, se trabajan estrategias para gestionarlas de manera efectiva. Esto incluye técnicas de regulación emocional, como la respiración consciente o el cambio de foco, que permiten al cliente actuar desde un lugar de mayor equilibrio y claridad.

 

  1. FOMENTAR LA RESPONSABILIDAD PERSONAL
    El desarrollo de la inteligencia emocional promueve laautonomía y la responsabilidad personal en el cliente.

 

Asumir el protagonismo: Al trabajar la inteligencia emocional, el cliente toma conciencia de que tiene la capacidad de elegir cómo responder frente a sus circunstancias. Deja atrás el rol de víctima y asume la responsabilidad de sus acciones y decisiones.

Autoliderazgo: La gestión emocional fortalece la capacidad del cliente para liderarse a sí mismo, manteniendo el foco en sus objetivos y evitando que emociones como el miedo o la frustración lo paralicen. El cliente aprende a comprometerse con su propio proceso de cambio y a sostener ese compromiso a lo largo del tiempo.

Claridad en la toma de decisiones: Al trabajar desde la inteligencia emocional, el cliente desarrolla la capacidad de discernir sus acciones de manera consciente y reflexiva, alineándolas con sus metas y propósitos personales.

 

  1. PROMOVER EL EQUILIBRIO EMOCIONAL DEL COACH
    El coach, como facilitador del proceso,también necesita desarrollar y aplicar su inteligencia emocional para mantener un equilibrio interno durante las sesiones.

 

Neutralidad y profesionalismo: El coach debe ser capaz de gestionar sus propias emociones y evitar que sus juicios o experiencias personales interfieran en la sesión. Mantener la neutralidad emocional le permite acompañar al cliente sin influir en su proceso.

Presencia consciente: La inteligencia emocional le ayuda al coach a estar plenamente presente, atento a lo que el cliente expresa, tanto verbal como no verbalmente. Esta habilidad favorece una escucha profunda y una intervención más efectiva.

Resiliencia ante situaciones complejas: El coach debe estar preparado para manejar sesiones donde surjan emociones intensas o resistencias por parte del cliente. La capacidad de autorregularse y mantener la calma es esencial para sostener un espacio de trabajo constructivo.

Archivos de ejercicios
Módulo 31 – Inteligencia emocional.pdf
Tamaño: 1,25 MB