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EVALUACIÓN: SESIÓN FINAL
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Coaching Ontológico Profesional (Formación Intensiva) COP 22
Acerca de las clases

MÓDULO 27 – CREENCIAS Y VALORES

 

En el marco ontológico, las creencias y los valores son elementos fundamentales que moldean nuestra percepción del mundo y guían nuestras decisiones. Ambos están intrínsecamente entrelazados, ya que forman la base de nuestra identidad y nuestra manera de interactuar con el entorno.
Las creencias funcionan como lentes a través de las cuales observamos e interpretamos nuestra realidad, influyendo en cómo percibimos lo que sucede a nuestro alrededor. Por otro lado, los valores actúan como brújulas que orientan nuestras elecciones y nos alinean con lo que consideramos esencial en nuestra vida.
El proceso de identificar, cuestionar y alinear tanto creencias como valores es crucial en el camino hacia una vida más plena y auténtica. Al tomar conciencia de estas construcciones mentales, logramos transformar las interpretaciones que nos limitan y reforzar aquellas que nos impulsan, permitiéndonos actuar con mayor coherencia y propósito.

 

CREENCIAS 

Las creencias son estructuras mentales profundamente arraigadas que actúan como filtros a través de los cuales interpretamos y damos significado a nuestra experiencia. Estas construcciones no se limitan a juicios superficiales, sino que representan las «verdades» que hemos aceptado, consciente o inconscientemente, a lo largo del tiempo, moldeando nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos. En el contexto ontológico, las creencias son determinantes en cómo creamos y experimentamos nuestra realidad, ya que condicionan nuestras emociones, comportamientos y resultados.
Las creencias pueden ser potenciadoras o limitantes. Las potenciadoras impulsan nuestro crecimiento, nos conectan con nuestras capacidades y abren posibilidades. Por ejemplo: «Soy capaz de aprender cualquier cosa que me proponga». En cambio, las creencias limitantes nos restringen, generan bloqueos y perpetúan patrones de pensamiento que nos impiden avanzar. Ejemplo: «No soy lo suficientemente bueno para lograrlo».
Estas construcciones mentales pueden abarcar desde percepciones sobre nuestra identidad personal (¿Quién soy?), hasta creencias sobre los otros y el mundo en general. Pueden ser heredadas culturalmente, aprendidas en nuestro entorno familiar o construidas a partir de experiencias significativas. Además, no siempre somos conscientes de ellas; muchas operan en un nivel inconsciente, influyendo silenciosamente en nuestras decisiones, acciones y relaciones.
El proceso de identificar y cuestionar las creencias es clave en el coaching ontológico. Al desafiar estas «verdades aceptadas», el cliente puede descubrir nuevas interpretaciones y generar un cambio profundo. El objetivo es reemplazar creencias limitantes por otras que habiliten una visión más amplia y coherente con su propósito. Esta transformación no solo amplía las posibilidades de acción, sino que también permite al cliente actuar desde un lugar de mayor libertad y autenticidad.
Explorar las creencias implica abrir un espacio de autoconocimiento donde la persona puede reconocer qué historias se está contando, cuál es su impacto y cómo puede reescribirlas para diseñar una realidad alineada con su visión y valores. Al modificar estas estructuras mentales, transformamos nuestro observador, abriendo la puerta a un presente y futuro más pleno y significativo.

 

IMPACTO EN EL COMPORTAMIENTO 

Las creencias no son meras construcciones teóricas; tienen un impacto tangible en nuestro comportamiento diario. Pueden ser impulsores motivacionales que nos llevan a la acción o limitantes que nos frenan. El modo en que percibimos nuestras habilidades, la forma en que nos relacionamos con los demás y nuestras elecciones profesionales están profundamente influenciados por nuestras creencias.
En el coaching ontológico, se busca explorar cómo estas creencias actúan como filtros que moldean nuestra realidad. Al comprender cómo ciertas creencias pueden estar obstaculizando el logro de metas o impidiendo un crecimiento pleno, se abre la puerta a la posibilidad de cambiar conscientemente estas construcciones mentales. La toma de conciencia de las creencias es el primer paso hacia la transformación personal y el desarrollo profesional. En esta clase, analizaremos casos prácticos y técnicas para identificar y desafiar creencias limitantes, permitiendo a los participantes ampliar su visión y potenciar sus acciones.

 

VALORES 

Los valores, desde la perspectiva ontológica, son principios fundamentales que guían y orientan nuestro comportamiento, nuestras elecciones y la manera en que nos relacionamos con el mundo. Representan lo que consideramos significativo y valioso en nuestra vida, moldeando nuestra identidad y dándonos dirección. Los valores no solo responden a nuestras creencias y experiencias, sino que también actúan como una brújula interna que nos ayuda a priorizar, decidir y comprometernos con acciones coherentes con nuestra esencia.
Alinear nuestros valores con nuestras metas y objetivos resulta esencial para vivir de manera auténtica y congruente. Cuando nuestras acciones reflejan nuestros valores fundamentales, experimentamos una sensación de propósito, bienestar y plenitud. Por el contrario, cuando vivimos en contradicción con lo que valoramos, pueden surgir conflictos internos, frustración y desorientación.

 

TIPOS DE VALORES

Los valores pueden dividirse en diferentes categorías según su rol en nuestra vida:

 

Valores personales: Principios individuales que guían nuestra conducta en la vida cotidiana (ej. honestidad, libertad, respeto).

 

Valores profesionales: Aspectos fundamentales que nos orientan en nuestra carrera o trabajo (ej. responsabilidad, excelencia, compromiso).

 

Valores familiares o sociales: Creencias compartidas en grupos sociales o familiares (ej. unión, solidaridad, cuidado).

 

Es importante recordar que los valores no son estáticos; evolucionan a lo largo del tiempo en función de nuestras experiencias, contextos y cambios personales.

Nuestros valores desempeñan un rol fundamental en la toma de decisiones, ya que actúan como un filtro que nos permite discernir qué opciones son coherentes con lo que consideramos importante y esencial en nuestra vida. Tomar decisiones alineadas con nuestros valores no solo nos genera satisfacción personal, sino que refuerza nuestro compromiso con nuestra verdadera esencia y nos brinda una sensación de integridad y propósito.
Por el contrario, cuando existe una desconexión entre nuestras acciones y nuestros valores, surgen tensiones internas y malestar, ya que actuamos desde una postura que no refleja quiénes somos realmente. En el proceso de coaching ontológico, identificar estas discrepancias es clave para que el cliente pueda reconectar con su brújula interna, redefiniendo su comportamiento y sus elecciones hacia una mayor autenticidad y coherencia.
La exploración de valores en coaching ontológico va mucho más allá de simplemente reconocerlos. Implica comprender cómo estos valores influyen en nuestras percepciones, acciones y decisiones, y nos invita a discernir entre aquellos que nos abren nuevas posibilidades y los que, por el contrario, podrían estar limitando nuestro crecimiento. Este proceso de reflexión permite al cliente tomar conciencia de qué es verdaderamente significativo para él y alinear su vida con lo que valora profundamente, transformando no solo sus decisiones, sino también su manera de relacionarse con el mundo.

 

INTERVENCIÓN EN VALORES LIMITANTES

Una vez que nuestro valores limitantes son identificados, el proceso de intervención implica un trabajo crítico. A través de preguntas poderosas y reflexivas, el coach acompaña al cliente a examinar de manera consciente cómo estos valores se construyeron, desde qué interpretaciones se sostienen y cuál ha sido su impacto en su vida. Esta intervención abre la posibilidad de reestructurar y resignificar esos valores, encontrando nuevas perspectivas y explorando nuevas oportunidades antes invisibles.

 

LA RESIGNIFICACIÓN DE VALORES

La resignificación es una herramienta poderosa dentro del proceso de coaching ontológico. Consiste en transformar la interpretación que le damos a ciertos valores, especialmente aquellos que nos limitan. Al revisar las experiencias pasadas y analizar cómo asignamos significado a ciertos eventos, podemos cambiar nuestra percepción y liberar el potencial que antes estaba bloqueado. Este proceso no solo rompe barreras autoimpuestas, sino que también permite al cliente reorientar su comportamiento hacia elecciones más libres y alineadas con su visión y propósito. Al resignificar, un valor que antes limitaba puede ser redefinido como un impulso para el crecimiento, permitiendo actuar con mayor coherencia, autenticidad y apertura hacia nuevas posibilidades.

 

IMPACTO TRANSFORMADOR

La transformación de valores limitantes en valores potenciadores no solo tiene un impacto en las acciones futuras, sino que también refuerza la autonomía y autoconciencia del cliente. Al cuestionar y resignificar, se amplía la mirada sobre el mundo, lo cual facilita la toma de decisiones más efectivas y empoderadas. El cambio de perspectiva genera un camino más positivo, alineado con los objetivos y la visión del cliente, promoviendo así un proceso de desarrollo más pleno y significativo.

Archivos de ejercicios
Módulo 27 – Creencias y Valores.pdf
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